lunes, 25 de enero de 2016

Aves de destrucción


El águila de Pengwern, de cresta gris, esta noche
chilla desde las alturas,
ávida de la carne que yo quiero.

El águila de Pengwern, de cresta gris, esta noche
chilla desde las alturas,
ávida de la carne de Cynddylan.

El águila de Pengwern, de cresta gris, esta noche
ha extendido su garra,
ávida de la carne que yo quiero.

El águila de Pengwern, desde lejos llama esta noche,
reclamando sangre de hombres.
Recibirá Trenn el nombre de la ciudad desafortunada.

El águila de Pengwern, desde lejos llama esta noche,
reclamando la sangre de los hombres.
recibirá Trenn el nombre de ciudad manchada de sangre.






Fragmento de Cannu Heledd, poema medieval galés.
Fotografía de Korseatra 

miércoles, 28 de octubre de 2015

Por donde un día paseó Poe


Divagan eternamente estas sombras en la tierra,
Soñando con siglos que se fueron para siempre;
Grandes olmos se alzan solemnes entre lápidas y túmulos
Desplegando su alta bóveda sobre un muro oculto de otro tiempo.

Una luz del recuerdo ilumina todo el escenario,
Y las hojas muertas hablan en susurros de los días idos,
Añorando imágenes y sonidos que ya no volverán.

Triste y solitario, un espectro se desliza a lo largo
De los paseos por donde sus pasos le llevaban en vida;
Pero no es visible a los ojos cualquiera, a pesar de que su canto
Resuena a través del tiempo con una extraña fascinación.
Sólo los pocos que conocen el secreto de su magia
Pueden encontrar entre estas tumbas la sombra de Poe.


H.P. Lovecraft

domingo, 23 de agosto de 2015

Desnuda
















Seguramente no te imaginaste tan desnuda,
elegir tumba y estancia 
ni garantía ni éxito...

más desnuda que un apurado hueso,
más desnuda que el delicado cristal
ese osario que recoge tus restos

ya van más de dos siglos
de miradas indiscretas
contemplando tu craneo
teniendo fantasías de pisapapel,
Isabel de Farnesio.

sábado, 8 de agosto de 2015

Clarividencia

Ella tuvo una relevelación
de sueños marmolados o de madera blanca
de resumidos espejos al final de pasillos...

huye, no hay voces
en el pasado que atraviesas sin avanzar
de un lado a otro
pliés y mariposas
destrozados
desintegrándose en cenizas...

así el sueño volteó la página hacia el despertar
rejas oxidadas eran golpeadas por el viento
aullidos de soledad recorrían la mansión
y los talones se le abrían
en rojos caminos
que nadie se atrevió a predecirle.



Foto: Emily Soto


jueves, 30 de julio de 2015

La biblioteca fantasma

Antes estos aposentos estaban llenos de libros, en su mayoría manuscritos. 

Ahora un pequeño ataúd, perteneciente a un duque, mora junto al mobiliario y bajo el gesto dramático de San Francisco de Asís. Intento imaginar cómo era la biblioteca del primer Marqués de Santillana, cómo sus escritos se confundían con los tomos de Virgilio y Dante, a la luz de una vela.

Antigua estancia que albergaba la biblioteca que inició Íñigo López de Mendoza, primer Marqués de Santillana. Más tarde será conocida como la Biblioteca de Osuna.


jueves, 23 de julio de 2015

Throwback Thursday: Cementerio Británico de Madrid

Hoy recordaba las fotos que hice para la promoción del libro. Fue en el Cementerio Británico de Madrid.

Pienso en todos los cementerios bonitos que aun me queda por recorrer. Todos los que pueda antes de que me instale en uno permanentemente y sea yo la visitada.

Hay algo de poético y de artístico, de experiencia vital el pasear por estas tumbas. Estas gentes que fueron; historias que se acabaron, historias que no se si aun alguien las recuerda. En éste en particular hay muchos nombres foráneos, de aristócratas y diplomáticos de países que ya no existen. Nombres anónimos y desconocidos.

El primer paseo fue bajo la lluvia una tarde de otoño. Luego regresé durante una soleada para la sesión y no tuvo el mismo encanto (¡pero eso evitó que mis tacos se hundieran en el fango!). Ese aspecto descuidado que obedece al olvido ( y a cuestiones de economía, porque al final todo va de eso, según creo recordar de su cuidador) es parte de su encanto.

Olvido y recuerdo igualmente conjugado.








Vecinos y guardianes


A veces ocurre que es más la fama de sus moradores que la belleza de su arquitectura. Algo así me pasó en cementerio de la Almudena. Suerte que estos vecinos tan elegantes mejoraron la visita y alegraron el foco de mi cámara.

Aun me sigo preguntando que pensarían al verme, con esa expresión tan intensa al unísono.






lunes, 16 de diciembre de 2013

El espejo de la melancolía



Alejandra Pizarnik reflexiona sobre las prácticas y las actitudes de la condesa Báthory.


"Un color invariable rige al melancólico: su interior es un espacio de color de luto; nada pasa allí, nadie pasa. Es una escena sin decorados donde el yo inerte es asistido por el yo que sufre por esa inercia. Éste quisiera liberar al prisionero, pero cualquier tentativa fracasa como hubiera fracasado Teseo si , además de ser él mismo, hubiese sido, también, el Minotauro; matarlo, entonces, habría exigido matarse. Pero hay remedios fugitivos: los placeres sexuales, por ejemplo, por un breve tiempo pueden borrar la silenciosa galería de ecos y de espejos que es el alma melancólica. Y más aún: hasta pueden iluminar ese recinto enlutado y transformarlo en una suerte de cajita de música con figuras de vivos y alegres colores que danzan y cantan deliciosamente. Luego, cuando se acabe la cuerda, habrá que retornar a la inmovilidad y al silencio. La cajita de música no es un medio de comparación gratuito. Creo que la melancolía es, en suma, un problema musical: una disonancia, un ritmo trastornado. Mientras afuera todo sucede con un ritmo vertiginoso de cascada, adentro hay una lentitud exhausta de gota de agua cayendo de tanto en tanto. De allí que ese afuera contemplado desde el adentro melancólico resulte absurdo e irreal y constituya "la farsa que todos tenemos que representar". Pero por un instante -sea por una música salvaje, o alguna droga, o el acto sexual en su máxima violencia-, el ritmo lentísimo del melancólico no sólo llega a acordarse con el del mundo externo, sino que lo sobrepasa con una desmesura indeciblemente dichosa; y el yo vibra animado por energías delirantes.



Al melancólico el tiempo se le manifiesta como suspensión del transcurrir -en verdad, hay un transcurrir, pero su lentitud evoca el crecimiento de las uñas de los muertos- que precede y continúa a la violencia fatalmente efímera. Entre dos silencios o dos muertes, la prodigiosa y fugaz velocidad, revestida de variadas formas que van de la inocente ebriedad a las perversiones sexuales y aun al crimen. Y pienso en Erzébet Báthory y en sus noches cuyo ritmo medían los gritos de las adolescentes. El libro que comento en estas notas lleva un retrato de la condesa: la sombría y hermosa dama se parece a la alegoría de la melancolía que muestran los viejos grabados. Quiero recordar, además, que en su época una melancólica significaba una poseída por el demonio."





La condesa sangrienta (fragmento)
Alejandra Pizarnik
Fotografia de Molly Syrett


domingo, 9 de junio de 2013

Reescrituras zombis: Sebastián de Córdoba sobre Garcilaso de la Vega



Soneto XIII

A Dafne ya los brazos se le caían,
y en huesos y tendones se mostraban;
y cual madeja vi que tornaban
los cabellos que ahora oscurecían.
De pústulas y costras se cubrían
los tiernos miembros, que aún bullendo estaban:
los blancos pies en tierra se clavaban,
y en inmundos andrajos se volvían.
Aquel fue la causa de tal daño,
a fuerza de morder, menguar hacía
el cuerpo de la ninfa, ya difunto.
¡Oh miserable plaga! ¡Oh mal tamaño!
¡Que con comerla disminuya al punto

la causa y la razón que perseguía!





Sebastián de Córdoba (¿1545?-¿1604?) encontró la obra de Garcilaso de la Vega demasiado profana y la reescribió "divinizándola" como lo hiciera Girolamo Malipiero en su "Petrarca Spitrituale". Como verán, lo divino y lo sacro se lleva poco con lo "gore".


Imagen de Gil Bruvel


Una danza macabra y un poema medieval





"Recuerde el alma dormida,         
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte           
tan callando,
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,            
cualquiera tiempo pasado
fue mejor."


Coplas por la muerte de su padre
Jorge Manrique


Danse Macabre, 1670
Óleo sobre lienzo. Artista desconocido
Iglesia de San Bernardino de Siena. Cracovia, Polonia
Imagen: artyzm.com



domingo, 28 de abril de 2013

Porque ella escribía poemas de fantasmas


Gimnasia mañanera diaria. Travesías atadas al mástil del barco (por expreso deseo). Grandes jarras de cerveza. Coca y morfina regular (con receta médica). Rebelde, maniática y solitaria. Un ancla tatuada a su hombro. No, no es la descripción alguna poeta decadentista y libertina del siglo 19. Se trata de Isabel de Baviera, Emperatriz de Austria-Hungría. Ésta fue Sissi, que entre otras cosas (¿inapropiadas para una princesa?), también se dedicaba a la escritura de poemas:


Cuatro esqueletos


“¿No es hora ya de volver?”,
me pregunta el timonel.
“El día ya se está acabando,

y la marea ya sube.”

Los otros dos ya tienen hambre,
hace mucho que zarpamos;
están tristes, cabizbajos,
con sus chaquetas azules.


“¡No, yo quiero navegar,
seguir hasta el fin del mundo!”
aunque se llegue a soltar
nuestra carne de los huesos.


Que pasen días y días,
que pasen semanas y meses,
hasta que ya sólo queden

a bordo cuatro esqueletos.

 


Sin velas y sin timón,
navegan los esqueletos:
“Esa nave está encantada.”
Nadie se atreve a subir.


En las noches de verano
se ve a la luz de la luna
brillar los cuatro esqueletos
cual si fueran de marfil.


Cuando ruge la tormenta
y de gris se tiñe el cielo,
cuando las olas se agitan,

castañean sus huesos.

Pero siguen navegando.

siguen hasta el fin del mundo;
sólo en paz descansarán
cuando puedan divisarlo.


Pero nunca llegarán,
puesto que el mundo es redondo;
y esas blancas osamentas

jamás hallarán descanso.


Canciones de Invierno, Isabel de Austria-Hungría (Sissi)
Traducción de Joan Parra y Ángeles Caso, 1997
Imagen: Nika Danielska




martes, 12 de febrero de 2013

Ocupación Poética, una forma diferente de recorrer la ciudad


En la calle que transitas a diario convive, paralela a ti, una voz que declama un poema. O bien puede ser una página que se transparenta entre las múltiples capas de nuestra realidad visible e invisible y que solo puede ser perceptible cuando activas ciertos “canales”. Sí, la ciudad puede parecerse al complejo entramado de un documento de diseño.

Seguro que nunca te habían propuesto un paseo así.

Prefiero llamarle paseo, aunque su nombre evoca la batalla y la resistencia, que resulta muy apropiado para los tiempos que corren.

Cada esquina de la ciudad está ocupada poéticamente y cada paseo puede ser único. Esto es posible gracias a la iniciativa de Juan Carlos Ibáñez Angulo y Carlos Contreras Elvira que desde el grupo Intermediae y tomando como artífice y soporte las nuevas tecnologías han animado a miles de personas alrededor del mundo a ocupar con poemas las ciudades.


Ocupación Poética es la apropiación de “el espacio inhabitable que hay en todos los espacios o, dicho de otro modo, los no-lugares que hay en todos los lugares" según reza la presentación de la propuesta, teóricamente. En la práctica es lo siguiente: con la aplicación geolocalizadora Layar se sube un documento audiovisual ubicado en determinado punto geográfico. Ese documento estará a la vista de toda persona que con un teléfono inteligente active el visualizador de la aplicación, de cualquier paseante que pase por ese punto.

Aún hace falta un mapa de autores y localizaciones, pero mientras pueden ir descubriendo tesoros ocultos en calles comunes.


Más información en:
Imagen de trendwatching.com